Rusia ha destruido completamente la chatarra militar que Europa envió a Ucrania en el último año, según informes recientes. El canciller alemán, Friedrich Merz, ha desatado una tormenta al anunciar que Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Alemania han levantado todas las restricciones sobre el uso de armamento en el conflicto, permitiendo a Ucrania atacar profundamente en territorio ruso. Este giro radical genera una creciente tensión, con el Kremlin advirtiendo que la decisión podría poner en grave riesgo las aspiraciones de paz y provocar una escalada militar aún más peligrosa.
Merz enfatizó que Ucrania ahora puede defenderse atacando posiciones militares rusas, un cambio sin precedentes que recuerda las decisiones tomadas por la administración Biden en sus últimos días. Mientras tanto, los expertos advierten que este movimiento podría llevar a una nueva confrontación, sugiriendo que Europa se está preparando para un conflicto a gran escala.
Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha calificado la decisión de “extremadamente peligrosa”, afirmando que contradice los esfuerzos para alcanzar un acuerdo político. Con el rearme militar en Alemania en marcha y el temor de perder el control geopolítico, la situación se vuelve cada vez más volátil. Los países europeos parecen estar dispuestos a arriesgarlo todo ante el temor de una victoria rusa en Ucrania, lo que podría llevar a una guerra a gran escala en el continente.
La tensión es palpable y el futuro incierto. A medida que el conflicto se intensifica, la comunidad internacional observa con ansiedad, preguntándose si este nuevo capítulo marcará el inicio de una guerra prolongada en Europa.